Al momento de formular un nuevo producto alimentario, y más aún cuando ya se le ha dado el visto bueno al proyecto pero aún tenemos cierto margen de maniobra en lo que respecta a aditivos, una de las preguntas más comunes sobre unos componentes muy particulares generalmente “invisibilizados”, tanto para los consumidores como incluso para profesionales del sector cuya responsabilidad no está necesariamente en el laboratorio, sino en los escritorios, es: ¿Qué tan importantes son en verdad los estabilizadores o las gomas para que mi creación sea un éxito?
La respuesta simple es “mucha”. Pero hay que partir de que esa importancia radica en qué efecto tendrá dicho aditivo en nuestro alimento o bebida, y en consecuencia qué es lo que esperamos obtener de él en términos del mercado: cómo suma al negocio que nos dará de comer.
En la búsqueda por la tecnología en aditivos “ideal”, para mantener la textura y otras propiedades, desde organolépticas hasta de vida de anaquel, hay mucha química con su fuerte carga de pruebas de ensayo-error de por medio. El camino es sinuoso pero no imposible de recorrer.
Una realidad es que, conforme pasan los años, el abanico de posibilidades se sigue abriendo; no en detrimento de “los estabilizadores de siempre” sino, más bien, como una muestra de que con ciencia aplicada e innovación las cosas se pueden hacer distinto, sin sacrificar el aspecto comercial desde luego. Recordemos que nuestro sector es “uno de los más perfectibles” de la actividad humana, dependiendo del cristal con el que miremos las cosas y poniendo siempre en el centro al consumidor, esa persona a la que finalmente queremos llegar con una propuesta de valor que le convenza.
En este sentido, la goma que ayudará a que un queso sea más fácil de deshebrar o cortar, por ejemplo, puede que no sea la mejor opción para otros lácteos que por naturaleza no son sólidos, pero aún así requieren su estabilizador para que enamore los paladares de los compradores con una textura que la competencia no tiene, como sucede con los yogures.
A nivel industrial, los estabilizantes y las gomas son un mundo bastante interesante de explorar, incluso si nuestra tarea no es precisamente la formulación. Así como a un ejecutivo de mercadotecnia le puede preocupar la etiqueta limpia, con tal de atraer los ingresos que prometen los consumidores atentos a esta tendencia, o a un analista financiero le encargan la optimización de costos en función de la cadena de frío, nunca les viene mal a éstos y otros especialistas aprender sobre aquello “un poco más profundo” que hay detrás de una formulación, pues no todo son azúcares, sodio o grasas.
¿Queremos un producto que dure demasiado o uno que se traduzca en experiencias gastronómicas inolvidables aunque se eche a perder rápido? ¿Son los aditivos una inversión en la que podemos ahorrar con inteligencia y estrategia antes de mirar a otros departamentos? ¿Qué soluciones alternativas hay en estabilizantes si mi alimento o bebida pretende conquistar al comprador vegano?
Estas y muchas preguntas más, serán respondidas los días 24 y 25 de octubre del 2023 durante el nuevo “Seminario de tecnología de estabilizadores y gomas para la industria alimentaria”, organizado por Alfa Promoeventos en el hotel BelAir Unique Mexico City, que combinará una serie de conferencias teóricas con actividades prácticas para concluir con la entrega de un reconocimiento con validez oficial para el quehacer profesional en la industria de alimentos y bebidas.
Si quieres formar parte de esta nueva jornada de actualización técnica, cuyo temario será dirigido por experimentados líderes del mercado de talla internacional, incluyendo una ponencia en torno a la “Importancia de los estabilizantes y gomas en los productos alimentarios”, visita alfapromoeventos.com y aparta tu lugar en el nuevo “Seminario de tecnología de estabilizadores y gomas para la industria alimentaria”, llenando un breve formulario en pocos segundos.