Microalgas: historia, usos y avances en su aplicación alimentaria

De vez en cuando llegamos a escuchar, e incluso a leer en nuestros medios con más de 40 años al servicio de la industria alimentaria, sobre la aplicación de las microalgas en productos como snacks y panificación, entre otros. Pero, ¿qué tan nuevo es realmente el consumo de estas plantas que se dan en ambientes acuáticos?

Se calcula que en todo el mundo existen más de 72,500 especies de algas, que viven tanto en agua dulce como en agua salada. Las más grandes, denominadas macroalgas, representan el 20% del total; mientras que el resto son las famosas microalgas, entre las que destacan en nuestro sector la Chlorella y la Spirulina.

Si bien fue en 1967 cuando la Asociación Internacional de Microbiología Aplicada señaló a la Spirulina como “una fuente maravillosa de alimento para el futuro”, gracias a su alta elevada concentración de proteínas de alta calidad, hay investigaciones que han documentado que las microalgas se consumen desde hace más de 2000 años, cuando los chinos ingerían la del tipo Nostoc para sobrevivir en temporadas de hambruna.

En el mismo sentido, los españoles descubrieron que los aztecas usaban la Spirulina para preparar tecuitlatl: una especie de pastel o tortilla que hacían con la planta que hasta hace no mucho todavía se podía obtener del Lago de Texcoco. En el otro lado del mundo, actualmente esta microalga es recolectada del Lago Chad, que pasa por Chad, Níger, Nigeria y Camerún, para preparar una especie de torta llamada Dihé, que se consume en el 70% de los platillos de esa región africana.

Aparte de proteínas, las microalgas Chlorella y Spirulina poseen aminoácidos esenciales, ácidos grasos esenciales (como los omega-3, omega-6 y omega-7), así como vitaminas (principalmente A, D y E); lo que las convierte en ingredientes plant-based de alto valor nutricional para compañías alimentarias de varios segmentos. Por si fuera poco, entre otras ventajas de las microalgas como insumo a gran escala, destaca su perfil sustentable: ​​tienen una huella de carbono inferior a la del arroz.

Para muchos investigadores, las microalgas son probablemente las primeras especies vivas del planeta, con más de 2,500 millones de años. Con todo este conocimiento y nuevas tecnologías para aprovechar cada vez más sus propiedades benéficas para la alimentación humana, ¿por qué no han significado las microalgas la revolución dietaria que muchos esperaban de acuerdo con su potencial?

Esta y muchas otras respuestas se ofrecerán los próximos días 1 y 2 de marzo en el seminario “TecnoTendencias 2023: Proteínas plant-based y su uso en alimentos y bebidas”, de Alfa Promoeventos, jornada que cerrará justamente con la ponencia “Microalgas – propiedades y nuevas funcionalidades”. Con valor curricular y una decena de conferencias de actualización técnica altamente valiosas para los fabricantes de alimentos y bebidas, todas las actividades tendrán lugar en el hotel BelAir Unique Mexico City.

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